The bishops of Illinois have agreed that any liturgical recovery plan must be undergirded by important guiding principles.
The first is that we call our people in this moment to exercise faithful citizenship. Every Catholic must take responsibility for public safety. As the first pages of scripture have taught: we are “our brother’s keeper.”
Second, we cannot take for granted that our people will flock to churches simply because we reopen them. People are afraid. We must gain their trust by ensuring the measures we adopt for their safety are well conceived, reasonable and consistent with the advice of public health officials.
Third, we must remain in respectful dialogue with government officials charged with safeguarding public health and be mindful of their guidance for promoting the public good. While our plan has a timeline, we also acknowledge that each parish will be ready to move through the plan’s phases at differing paces. Our hope is that most will be ready to enter the first phase by the last week of May. to do that each must have in place a dedicated reopening team, completely trained and certified for readiness.
Los obispos de Illinois han acordado que cualquier plan de recuperación litúrgica debe estar respaldado por importantes principios rectores.
El primero es que llamamos a nuestra gente en este momento a ejercer una ciudadanía fiel. Cada católico debe asumir la responsabilidad de la seguridad pública. Como las primeras páginas de las escrituras han enseñado: somos "el guardián de nuestro hermano".
Segundo, no podemos dar por sentado que nuestra gente se reunirá en las iglesias simplemente porque las re-abrimos. La gente tiene miedo. Debemos ganarnos su confianza asegurándonos de que las medidas que adoptemos para su seguridad estén bien concebidas, sean razonables y consistentes con el consejo de los funcionarios de salud pública.
Tercero, debemos mantener un diálogo respetuoso con los funcionarios del gobierno encargados de salvaguardar la salud pública y ser conscientes de su orientación para promover el bien público. Aunque nuestro plan tiene un calendario, también reconocemos que cada parroquia estará lista para pasar por las fases del plan en tiempo diferente. Nuestra esperanza es que la mayoría esté lista para entrar en la primera fase para la última semana de mayo. Para ello, cada una debe tener un equipo dedicado a la reapertura, completamente entrenado y certificado para estar listo.